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Mostrando las entradas de mayo, 2016

Contra los chichimecas a sangre y fuego

Tras la conquista de Tenochtitlán, así como de la mayoría de los pueblos al sur de la Nueva España, las cosas fueron más difíciles para los europeos, pues los pueblos al norte y occidente eran no sólo  mucho menos dóciles, sino guerreros difíciles de capturar en batallas a campo abierto. Los naturales no vivían en ciudades importantes como los otros pueblos prehispanicos que iban cayendo, vivían  de la caza y la recolección, sobre todo de tunas. Al estar en movimiento practicaban en consecuencia la guerra de guerrillas y como  eran tan hábiles arqueros que ya estaban colocando la siguiente flecha, antes de acertar en el blanco con la primera, el acero español era mantenido a distancia las más de las veces. José A. Llaguno cuenta en su estudio sobre la personalidad jurídica del indio, realizado a través de la consulta de archivos del III Concilio Provisional Mexicano, que los agustinos, dominicos, franciscanos y jesuitas se negaban a la matanza "a sangre y fuego" de los

El mercado común en América en tiempos de la Colonia

Guillermo Céspedes del Castillo, “Economías regionales y de frontera” en América hispánica (1492-1898), Madrid, Fundación Jorge Juan/Marcial Pons Historia, 2009, pp. 145-172.     En la siguiente participación de Céspedes para el libro de América hispánica (1492, 1898) hace referencia a las condiciones domésticas de la producción. En el caso de Brasil, la producción de azúcar implicó la construcción de caminos suficientes para el paso de carretas tiradas por bueyes, navegación fluvial y de cabotaje. La alimentación de la población dependía de cultivos locales y la pesca. Se explotaron salinas para la conservación de los alimentos y se desarrollaron talleres de alfarería y carpintería. Las únicas importaciones necesarias eran de productos de hierro para la explotación de los trapiches. Con el desarrollo de su economía, aumentó la necesidad de productos cárnicos que importaban de Buenos Aires primero, antes de desarrollar su propia ganadería. Por su parte las primeras

La economía colonial

Guillermo Céspedes del Castillo, “Economías de exportación” en América hispánica (1492-1898) , Madrid [1] , Fundación Jorge Juan/Marcial Pons Historia, 2009, pp. 117-144. Sin contabilizar el contrabando, Sevilla recibió de las minas del Perú, la Nueva España y Nueva Granada (Colombia) 155 toneladas de oro y casi 17 millones de kilos de plata, entre los años de 1531 y 1660. Esta balanza comercial favorable a España, que sólo enviaba el mercurio necesario para explotar las minas trajo como consecuencia una inflación constante. Se estima que en un siglo, del XVI al XVII la inflación fue de alrededor del 500 por ciento. [2] La plata de Sudamérica se trasladaba generalmente a lomo de mula desde las minas del Perú, Chile y Colombia hasta Panamá, mientras que la de la Nueva España se llevaba a Veracruz. Para mayor seguridad los metales preciosos se transportaban en convoyes con custodia militar, lo que permitía ahorrar vidas en caso de naufragios o averías, si bien no faltaba

Si la economía es ciencia ¿por qué fracasan sus modelos?

La economía después del Fin de la Historia Fontana Josep, La Historia después del Fin de la Historia, Crítica Barcelona Entre todas las disciplinas, la historia es la más despreciada por muchos científicos,   y acorralados, los historiadores a veces prefieren refugiarse en la economía u otras ciencias sociales. El complejo de inferioridad de los historiadores se vio aumentado por el feroz ataque de Popper en La Miseria del Historicismo , en especial a partir de 1957, cuando lo sintetizó en un juego de “cinco proposiciones” cuya elementalidad tenía la virtud de hacerlo fácil de entender hasta por los más tontos. Fontana cuenta que entre el nazismo y la decepción por el marxismo, la historia perdió muchos adeptos, al grado que en su libro Allegro ma non Troppo , Cipolla (Barcelona, Crítica 1991) responde con ironía a quienes abrazan el cientificismo como la única respuesta.   La inutilidad de este cientificismo resulta más patética aún cuando nos damos cuenta d

La economía española antes y después de las independencias

La economía española, antes y después de las independencias Ramsés Ancira     Pedro Tedde de Lorca, Revista de Historia Económica, Alianza Editorial. Universidad Carlos III, Otoño de 1994. Cambio Institucional y Cambio económico en la España del Siglo XIX     ¿Cuánto le costó a España la independencia de los países conquistados cuatro siglos antes?   Para responder la pregunta hay que remontarse dos años atrás del grito de Independencia de Miguel Hidalgo,   cuando la Monarquía cuantificaba en 7 mil 198.7 millones de reales la deuda interior como consecuencia de sus enfrentamientos con los ejércitos napoleónicos (p.529). Para 1820, 12 años más tarde, y a 10 del inicio de las guerras de independencia, la deuda se había casi duplicado y alcanzaba los 13 mil 120 millones de reales.   Como fuera. ya para la tercera década del Siglo XIX las pérdidas económicas que implicó la independencia de las naciones americanas, pudieron controlarse con la reducción