Dios, Lutero y el Diablo

Oberman, Heiko, “La cristiandad entre Dios y el diablo” en Lutero, Un hombre entre Dios y el diablo, Trad. José Luis Gil Aristu, Madrid, Alianza Editorial, 1992

Nueve años antes del descubrimiento de América y 25 años después de la caída de Tenochtitlán, fue el periodo de vida de Martin Lutero (1483-1546) el teólogo y catedrático que habría de cortar a rajatabla la forma en que los cristianos entendían la religión dividiéndolos entre católicos y protestantes, originalmente conocidos estos últimos como luteranos.

La forma más fácil de conocer a Martín, sería a través de la película Lutero, pero el problema no sólo es que el cine se tome licencias  dramáticas, sino que la producción de la cinta protagonizada por Joseph Fiennes fue financiada por luteranos, lo que la hace completamente parcial.

Veala por cierto en este enlace si le place https://youtu.be/0EQ6hSi6QcY.

Para tener una visión más objetiva le recomendamos entonces este libro con cuyo título  abrimos el artículo, Lutero, un Hombre entre Dios y el Diablo de Heiko Oberman, donde se nos plantea que este alemán que inició como frayle agustino empezó por poner en duda la infabilidad del Papa y de los concilios.

Lutero daba por buenos únicamente los concilios de Nicea y Calcedonia, celebrados en el año 325 y 415 respectivamente.

En lo sucesivo los concilios católicos se dedicaban casi siempre a descalificar los anteriores, así que Lutero dedujo y planteó la duda, si la resolución de un concilio se daba como una verdad absoluta ¿entonces porque llegaba otro concilio a plantear una verdad distinta?

Más allá de dogmas de fe o debates filosóficos, Oberman nos plantea hechos, uno de estos es que Martín Lutero daba la clase de Salmos en la Universidad de Wittenberg, entre los años 1513 y 1515. Para darse una idea considere el lector que alrededor de esos años los españoles andaban rondando las islas del Caribe en busca de tesoros.

En esas clases, Lutero enseña que la interpretación de Los Salmos no se debe a la inteligencia de la gente, sino a un don otorgado por el Espíritu Santo. Luego entonces, si son las personas las que tienen el don ¿para que habrían de necesitar que la Iglesia les de explicaciones?

Plantea cuatro interpretaciones de las palabras. Sión sería según la interpretación histórica La Tierra de Caná, pero si se le interpreta alegóricamente es  la Sinagoga, según los judíos, o la Iglesia según los católicos.

Ahora bien, si se quiere ver a Sión desde el punto de vista del juicio final, va a representar o bien la vida eterna, o bien los satisfactores mundanos. Todo según el color del cristal que elija el lector de los sermones.

Poniendo a Cristo como centro de su doctrina, Lutero argumenta que si el hombre de Jerusalén fue perseguido por los judíos, de la misma forma la Iglesia es perseguida por los paganos, tiranos y herejes sin Dios.

A los 29 años, aun jóven completamente al servicio de la doctrina católica, Lutero recibe el doctorado universitario.

La Iglesia es el campo de lucha de Dios y del diablo; el adversario cambia constantemente sus máscaras, pero continúa siendo notoriamente fiel a sí mismo, tanto si es activo y actuante en la persona de los fariseos, comoen la de los emperadores romanos, los herejes o los  príncipes de la Iglesia  

- dice Oberman al explicar a Lutero- .

Y más adelante, al fundamentar el cisma luterano, argumenta:

 La Iglesia de Cristo no es invisible, su poder y sus posesiones están guardadas por Dios y sólo se pueden ver por medio de la fe, pero su testimonio tiene cabida y lugar en la vida y la muerte (...) La perversión que signica el que la Iglesia esconda su testimonio y en cambio muestre sus riquezas, hace inevitable que se ataque a las instituciones.

Lutero pondrá como centro de sus críticas que se vendan indulgencias, con el beneficio de que los pecadores puedan cometer graves faltas, si al fin y al cabo comprarán después el perdón. Así, la Iglesia demuestra ser un cuerpo mixto en el que coexisten los hombres santos y los hipócritas.

Cuando Lutero, a comienzos del año 1511, pasó cuatro semanas en Roma por encargo de su órden, no quedó tan prendado por los monumentos clásicos de la antigua grandeza de Roma, como por los lugares y centros de recuerdo de los testimonios de la sangre cristiana, por las catacumbas del Papa Calixto en la Vía Apia, donde estaban sepultados miles de mártires. En sus años de vida religiosa, la era de los mártires aparecía vivamente a sus ojos como un  modelo que imitar,

-dice el autor de la obra citada- .

Lutero tenía como fuente principal de sus estudios, escritos medievales; pero también se inspiró en el italiano Lorenzo Valla, quien medio siglo antes había asentado que la Iglesia se había fortalecido con mentiras al asegurar que el emperador Constantino le había donado enormes territorios.

El frayle alemán se quejaba de que la iglesia era demasiado blanda y que la consecuencia sería desastrosa y dolorosa. Citaba a San Pablo:  

Cuando dicen Paz y seguridad, entonces de improviso sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la preñada, y no escaparán (Tesalonicenses 5:3) 

Para 1520, Lutero aseguraba que ni siquiera Cristo aprobaría los exámenes de la inquisición y sería acusado de hereje y de hijo desobediente de la Santa Sede.

Tres años más tarde la reforma estaba en marcha y el imperio de Carlos V perdía poder en Alemania. Los reformistas  Johann Von Essen y Heinrich Voss fueron acusados de herejes por Margarita, una tía del emperador, ante el Santo Oficio.

Los países bajos, ya de por sí son bastante inquietos, consideraba la acusadora, para que todavía hubiera que lidiar con cismas religiosos.

(Lutero estaba dispuesto al sacrificio, pero el emperador Carlos V le otorgó un salvoconducto para que fuera a la ciudad de Worms y "se retractarara de sus errores". No lo hizo, e iba de regreso a Wittenberg, cuando fue secuestrado por Federico III, príncipe de Sajonia y quien había fundado la Universidad donde daba clases.

Este amistoso secuestro permitió a Lutero seguir con la Reforma. En homenaje a sus compañeros muertos, escribió estos versos:

El verano ya está en puertas

el invierno terminó

llegan las flores delicadas

Quien comenzó esta obra

culminará su acabamiento

La persecusión incluía a  monjas disidentes. En 1523, escondidas en barriles, escaparon nueve de ellas. Lutero se casó con una, Catalina de Bora)

En 1540, retornando al autor, Enrique VIII de Inglaterra condena a la hoguera al agustino Robert Barnes, quien había sido discipulo de Lutero en Wittenberg, pero que ni reconocía la autoridad del rey ni la  del Papa.

¿Cómo lo tomó Lutero? 

Constituye para mí una especial alegría oir que nuestro piadoso y buen compañero, ha sido llamado por la gracia de Dios, a derramar su sangre por su Hijo y convertirse en un Santo Mártir. Gracias, alabanzas y honras sean dadas al Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos ha permitido ver tiempos como aquellos iniciales en que sus cristianos han sido llevados, ante nuestra vista y desde nuestro lado a ser mártires, es decir al Cielo.

Desde el punto de vista religioso, con ese pensamiento salvaje que ve en el martirio el progreso, poco se puede entender que algunos historiadores coinciban eso como el inicio de la historia moderna; pero la realidad es que los cambios políticos que habría de desencadenar el cisma católico, apartando a los países bajos y Alemania de la ideología imperante en el  imperio católico de Carlos V;y al de Enrique VIII en Gran Bretaña, si representa un parteaguas para la historia que se formaría en lo sucesivo.

 Lo que hizo Lutero  influyó en la revuelta de los campesinos y las clases bajas en 1525, pero también fundamentó el antisemitismo en 1543 cuando escribe el libro Sobre los Judíos y sus Mentiras, cuya portada no deja lugar a duda sobre los prejuicios satánicos que inspiró en la época.

 En 1545 Lutero murió en su cama, gordo y feliz. Su intención no fue fundar la religión Luterana, sino que los Cristianos se aglutinaran de otra forma. De cualquier manera su doctrina ayudó a justificar a los nazis el exterminio de los judíos, y, antes restó tal poder a los reyes católicos descendientes de españoles, de manera que cambió la forma en que se repartía el poder en el planeta.

 Si lo vemos así, Lutero puede ser la bisagra entre el fin de la Edad Media y el inicio de la Historia Moderna, con consecuencias hasta nuestros días, al menos, en la forma en que está repartido el poder de los imperios.