Ramsés García Ancira Saba
Horst Pietschmann, Las Reformas
Borbónicas y el Sistema de Intendencias de Nueva España, Fondo de Cultura
Económica
La llegada de metales preciosos de América, los costos
que representaba mantener a la nobleza, y en contraparte los ingresos que le daba a la monarquía la
venta de títulos nobiliarios, fueron algunos de los factores que llevaron a los
españoles a elaborar teorías y estudios de economía en el Siglo XVIII.
Horst Pietschmann, historiador de origen alemán,
condecorado con la orden del Águila Azteca por el gobierno mexicano en 1987, cuenta en su libro que los
estudiosos de la economía española se dividieron en dos grandes grupos, los
teóricos, representados por juristas y teólogos, y los prácticos que se
enfocaron en definir el valor del dinero y de las mercancías, tanto por su
función comercial, como para compararlo con otras divisas.
Entre las aportaciones de estos economistas españoles del siglo XVIII figura la de darle al dinero un
valor convencional que no dependiera exclusivamente del tamaño de las monedas o
de la cantidad de metales preciosos que pudieran contener. En concreto Martín
Azpilcueta Navarro, fue de los primeros en establecer que a mayor circulante,
menor precio de las mercancías, y viceversa.
El autor de "Las Reformas Borbónicas..." comprueba así que la teoría inflacionaria fue
sustentada por el español Azpilcueta Navarro, 12 años antes de que lo hiciera
el francés Jean Bodin, quien
generalmente se lleva el crédito.
Azpilcueta estableció que el principio de la oferta y
la demanda es igualmente aplicable al valor del dinero en el tráfico
internacional de pagos y por tanto, el dinero proveniente de un país con mayor
cantidad de dinero en circulación, en otro país con volumen circulante más
reducido alcanzaría una cuantía cambiaria menor. (La política reformista
española del Siglo XVIII, en Horst Pietschmann, Las Reformas Borbónicas y el
Sistema de Intendencias de Nueva España, Fondo de Cultura Económica, p 18)
Las aportaciones de Azpilcueta trascendieron su siglo
y han servido de base para estudios
económicos que tienen validez por lo menos
hasta el Siglo XXI. Pero no sólo él, en 1558 el contador Luis Ortiz ya
le había hecho notar a la Corona Española que a pesar de parecer un país rico
por la cantidad de plata que provenía de América, en la práctica era pobre pues
exportaba las materias prima e importaba los productos elaborados, lo que se
debía en parte a que los españoles desdeñaban el trabajo manual, una de cuyas
consecuencias era el despoblamiento del campo y en consecuencia el descuido de
la agricultura.
Luis Ortiz no sólo dio el diagnóstico, sino que
también recomendó el tratamiento: obligar a todos los jóvenes, incluidos los
nobles, a aprender un oficio; reforestar, mejorar la comunicación a través de
los ríos y una carga fiscal justa, en la que las personas con más ingresos,
pagaran los impuestos de quienes no podían hacerlo. La consecuencia inmediata
de estas medidas sería aminorar la salida del dinero y de metales preciosos de
España
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