Historias para armar la
Historia
Detengamos el festín de
los buitres
Por Ramsés Ancira
A partir de la
publicación del presidente López Obrador de que había adquirido el virus que
puede provocar un síndrome respiratorio agudo severo (SARS severe acute respiratory
syndrome) según sus siglas en inglés, se ha desatado un verdadero festín de
buitres, sin considerar que esparcir carroña, aunque sea en redes digitales,
puede provocar una septicemia en el cuerpo social llamado Estado Mexicano.
Orientados por criterios
partidistas o ideológicos del más rancio y apestoso conservadurismo, quienes
usan la crisis con la idea de que así combaten al Gobierno, pierden la
perspectiva de que sus actitudes lo que realmente provocan es el
desmantelamiento del Estado. Suponemos que ya están grandecitos, y a menos que
hayan estudiado con los Legionarios de Cristo, habrán aprendido la diferencia
entre Gobierno y Estado, por lo que este no es el espacio para dar cátedra de
civismo elemental.
La histórica actitud
tribal de muchos mexicanos sólo ha provocado pérdidas: desde
los aztecas enfrentados con los tlaxcaltecas; 2 millones de kilómetros cuadrados perdidos
porque Zacatecas; que tenía el mejor
ejército del país no quiso intervenir en la invasión de 1847; con Maximiliano porque
actuó como Juárez y a través de Miramón le quitó a la Iglesia el monopolio de
los entierros, matrimonios y bautizos; millonaria fuga de capitales porque gran
parte de los terrenos de Las Lomas de
Chapultepec y Huixquilucan fueron entregados por una señora fanática a Marcial
Maciel, quien vendió en un peso las
inmobiliarias que los administraban, a
consorcios de Estados Unidos, las cuales depositaron el dinero en Paraísos
Fiscales.
Y así podemos continuar
hasta épocas muy recientes cuando cientos de millones de pesos en
hospitales, cuya primera piedra pusieron
Calderón y Peña Nieto nunca se inauguraron.
La crisis del Covid,
representa una verdadera guerra a nivel mundial, pero México la enfrenta de la
peor manera, desafortunadamente la más común, politizándola. Ya pierden fuerza
las teorías de que las vacunas son para inocularnos un chip que inventó Bill
Gates, pero ahora hay quienes aplauden la iniciativa (que resultó "Fake
News") de que un empresario veracruzano haya comprado a Rusia la vacuna Sputnik)
con lo cual sería posible que se salven primero los ricos.
El festín de los buitres
no solo es en rededor de López Obrador, es una recreación histórica de la
guerra entre los gachupines (españoles que vinieron al reino de la Nueva España,)
y los indianos (hijos de los españoles nacidos en México).
Como sucedió con otra de
nuestras raíces, la española, los monárquicos quisieran que hubiera otro Hitler
que les ayudara para bombardear Guernica; o, en otro ejemplo, aún más reciente,
otro Pinochet para bombardear el Palacio de la Moneda.
Pero resulta que viene el
chillido y el rechinar de dientes, porque López Obrador, aislado, pero sigue
trabajando, y para "acabarla de amolar", justamente buscando
alternativas al desabasto de vacunas, negociando ahora con el presidente Putin.
Pero entonces vienen
otros cuestionamientos. La Sputnik no ha sido avalada por la sacrosanta e
inmaculada Administración para el control de alimentos y drogas de los Estados
Unidos, (FDA, por sus siglas en inglés). López Obrador no se cierra a la
posibilidad de la Sputnik, ni de la CanSino China. "Ha de ser porque nos
quiere como conejillos de indias de vacunas que nos van a volver comunistas”,
argumentarán algunos, aunque ni China ni la Federación Rusa sigan ya ese modelo
político y los virus no tengan preferencias electorales.
De 130 millones de
mexicanos, aproximadamente 100 millones son mayores de 15 años. El acuerdo al
que llegó este 25 de enero de 2021 el presidente López Obrador con el
mandatario Vladimir Putin representa 24 millones de vacunas, esto significa que
uno de cada cuatro adultos que decida vacunarse recibirá el medicamento ruso.
La densidad poblacional
en la Ciudad de México, cuya altura hace más difícil la dispersión de
contaminantes (probablemente también del virus) y complica la absorción de
oxígeno, nos coloca en una situación excepcional, por lo que también se
requieren medidas excepcionales.
La jefa de gobierno
Claudia Sheinbaum y la secretaria de Salud de la capital de la República Olivia
López se la están jugando y están respaldando el tratamiento con Ivermectina,
que no se ha recomendado a nivel federal.
Será después cuando sea oportuno evaluar cuándo la política y la ciencia, se conjugaron de mejor manera para frenar la mortandad y aliviar la pandemia.
Pero hoy es necesario
evitar el festín de los buitres, pues la epidemia de odio será mucho más
peligrosa que la del Covid, y en más de cinco mil años de civilización todavía
no se encuentra la vacuna. Veamos las relaciones de Israel con los Filisteos, y
ahora con los palestinos, solo como ejemplo.
Una propuesta más. Ni un
solo voto a ningún candidato, de Morena o de cualquier otro partido que utilice
el COVID como estrategia de propaganda. Así sí podemos politizar, sin
contribuir al festín de los buitres.
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