Diario de un Reportero
El Johns Hopkins tiene otros datos: la pandemia no está domada en México
Ramsés Ancira
Por favor Claudia Sheinbaum,
Pedro Salmerón, Paco Ignacio Taibo, ustedes que son científicos o personas
ilustradas ayuden al presidente López Obrador “la esperanza de México” a traer
su cabecita al siglo XXI y díganle que etimológicamente los científicos son
personas que generan conocimiento y nada tienen que ver con los 50 hombres de
negocios y políticos conservadores que respaldaron el porfiriato.
Aclárenle que por esencia
los científicos son personas progresistas, siempre en busca del cambio y no
gastan dinero en desembrujar sillas presidenciales. Platíquenle lo que nos cuesta
la fuga de cerebros. Recuérdenle que uno de esos “científicos”, a los que él se
refiere se llamaba Justo Sierra y que gracias a él se revolucionó la educación
pública en México y se priorizó a las mujeres en la actividad profesional de la
docencia.
Finalmente convénzalo de
que es un despropósito que para reducir el presupuesto del Conacyt haya
desorientado argumentado: "Los científicos apoyaron siempre a Porfirio Díaz
y al conservadurismo". Díganle que si tuviéramos un presupuesto bien
dirigido no tendríamos que exportar divisas para adquirir respiradores o
esperar a que Alemania, Israel o algún otro país que destine una parte
importante de su producto interno bruto a la ciencia, desarrolle la vacuna
contra el Covid-19 que tanto nos urge.
También es importante
matizar, otra cosa sería si López Obrador argumenta que no va a reducir, sino a
reorientar el presupuesto para la ciencia, (que lo que se ahorre en
computadoras de 50 mil pesos que no son necesarias para algunos investigadores
que pueden comprárselas con los 90 mil pesos que cobran al mes, o en pintar su
oficina dos veces al año, o en boletos
de avión para sus amantes cuando viajan al extranjero, porque esto también
consta y sucede) va a ser usado íntegramente en investigación médica, en
respiradores construidos en México que incluso podrían ser exportados y con
esto obtener divisas.
Lo que no se vale es que
el que es también guía moral de muchos mexicanos le de la falsa idea a sus
seguidores, de que los científicos son los niños consentidos de la sociedad,
que no aportan nada; que los caracterice con una definición política del siglo
XIX y no por el valor social que tienen en el siglo XXI, durante el cual han contribuido al liderazgo económico de naciones como Japón, Corea del
Sur, Estados Unidos (donde se desarrolló Google a partir de las
enseñanzas del científico mexicano
Héctor García Molina, profesor de la facultad de Ciencias
Computacionales en la Universidad de Princeton), Alemania, India e Inglaterra.
Dicho lo cual, pasemos al
tema que nos ocupa. La Universidad Johns Hopkins, no precisamente tiene otros
datos, son los mismos, pero los resultados son diferentes. México admitió el 27
de mayo una letalidad de 11 personas por cada 100 reconocidas como infectadas
por este virus. Son más. A diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos y
otras naciones, aquí las líneas paralelas que muestran la proporción entre
fallecimientos y recuperaciones permanecen prácticamente rectas desde
principios de mayo de 2020 hasta la fecha y las muertes no son once de cada
100, sino entre 12 y 14.
Las líneas que demuestran
la recuperación y los fallecimientos son inversamente proporcionales, si las
muertes suben la recuperación baja y a la inversa, si hay más muertos, hay
menos personas sanadas. Puede ser una cuestión obvia o una verdad de Perogrullo,
pero considero que es importante pecar de redundancia para una mejor
comprensión.
Vayamos pues a worldometers.info que es la referencia mundial más acreditada para la medición de la pandemia en México y el en mundo. Día por día a partir del 29 de abril de 2020
el cociente del dividendo de personas enfermas, entre el divisor de personas
muertas arrojó los siguientes resultados:
29 de abril: 12.08; 30 de
abril, 13.07; 1 de mayo, 14.0; mayo 2,
13.74; mayo 3, 13.29; mayo 4, 13.81; mayo 5, 12.47; mayo 6, 12.98; mayo
7, 13.20; mayo 8, 14.28; mayo 9, 13.46;
mayo 10, 13.32; mayo 11, 13.04; mayo 12, 13.40; mayo 13, 13.15; mayo 14, 13.52;
mayo 15, 13.59; mayo 16, 13.54; mayo 17, 13.67; mayo 18, 13.44; mayo 19, 13.09;
mayo 20, 13.18; mayo 21, 13.54; mayo 22, 13.80; mayo 23, 14.06; mayo 24, 13.78;
mayo 25, 13.49; mayo 26, 13.27 y mayo 27, 13.48.
Aunque esto no pretende ser
un artículo de divulgación científica, lo que deseo puntualizar es que ese
promedio de mortalidad de 13.40 de cada 100, a lo largo de 29 días, demuestra
que con pruebas o sin pruebas la letalidad ha sido constante; en México no se
ha reducido el número de muertos por este contagio y por lo tanto es
completamente ajeno a la verdad el dicho de López Obrador de que la epidemia
esté “domada”.
Independientemente del
número de pruebas, una cosa es que se haya ido logrando instalar más camas y
equipo para la atención de los enfermos, y otra que se haya reducido la
letalidad. Hoy, el virus sigue matando a diario en México a un número casi constante de personas.
Estas cifras no son para
negar la necesidad de recuperar la actividad productiva; de que la tensión del
encierro incrementa riesgos de otras enfermedades físicas y sociales como ataques cardíacos, depresión, suicidios
y feminicidios; no contradicen que afortunadamente a nivel nacional se ha
logrado mantener un número razonable de camas disponibles para la atención de
las enfermedades; pero sí intenta
mostrar que por las razones que sean, mantener la proporción de enfermos y
muertos por la misma enfermedad, no es un éxito, aunque tampoco sea un
retroceso.
Finalmente, que triste
que las y los legisladores sean intelectualmente tan pobres, que no se pusieran
a investigar y hayan convertido su participación en la comparecencia del doctor
Hugo López Gatell Ramírez (con cédula profesional como médico cirujano número
2325958 expedida por la UNAM y, doctorado en epidemiología por la Escuela de
Salud Pública de Bloomberg, de la Universidad Johns Hopkins) en un
interrogatorio policíaco, en lugar de aportar a combatir la pandemia.
La representación
legislativa panista hizo el ridículo público, logrando que se posicionaran en
“Twitter” las tendencias #GatellteTeRifaste y #Misógino, que mayoritariamente
se burlaban de la senadora autoidentificada como @WeraReynoso y de Marko Cortés
por acusarlo de “violencia de género”.
Esos panistas, que un día
antes negaron en Guanajuato el derecho a la vida y libertad de las mujeres que natural
o intencionadamente sufren la interrupción de un embarazo, sí pueden ser caracterizados
en la concepción más despectiva que se daba a los “científicos” del siglo XIX.
Comentarios
Publicar un comentario