Diario de un
Reportero
Realidades médicas contra el “bla bla bla” ideológico
Ramsés Ancira
La emergencia que provoca
el COVID en México no se reduce con discursos ideológicos. Los médicos
mexicanos están teniendo que trabajar jornadas de 11 horas. No sería demasiado
si se consideran las brutales jornadas a las que de por si suelen ser sometidos
los internistas. El problema es que al tener que entrar con equipo de
protección a las salas de pacientes infectados, no pueden ir al baño o salir a
tomar agua porque tienen que cambiarse todo el equipo infectado y no hay
repuestos. La primera línea de batalla, integrada por virólogos y neumólogos
está siendo diezmada y tiene que ser sustituida por médicos no especialistas.
Un respetable grupo de
ideólogos de izquierda ha defendido la presencia de médicos cubanos en México
con salarios de 30 mil pesos mensuales, el doble que el de los mexicanos. Ese
no es el problema, merecen una prima por riesgos en un país extranjero. Lo que los
médicos nacionales aparentemente peleaban es que los extranjeros no lo estaban
desquitando.
No existen imágenes de la brigada médica cubana en México. La foto de Reuters corresponde a una misión en Brasil en 2018 |
Tampoco es una ganga. Por
ese precio igual podríamos contar con los servicios de profesionales médicos
argentinos (el Che era argentino), portugueses, costarricenses, panameños o
colombianos, que también tienen su prestigio.
Con consideraciones más
bien ideológicas que médicas, varios amigos me recriminaron por el artículo,
cuyo encabezado es responsabilidad absolutamente mía y que afirmaba “México
está tirando a la basura el dinero que paga a los médicos cubanos”.
En favor de estos
críticos consigno que una foto de Bloomberg publicada en El Financiero mostraba
a un grupo de personas de rasgos afroeuropeos acompañando una nota en la que
denunciaba que los médicos cubanos en México cobraban por un trabajo que no se
ve. Al mismo tiempo recibí un “Watts app”
de una persona que se identificaba como médico de Xoco y que en su parte medular
dice:
“Así que No, no tienen la
capacidad, ni él conocimiento para trabajar con pacientes, son médicos de
escritorio, por lo cual, solo los usamos para que los 30 minutos que permanecen
en los servicios tomen la temperatura al personal del hospital. No se presentan
a los servicios de diferentes especialidades, luego desaparecen o permanecen
afuera en pasillos o áreas al aire libre, fumando y platicando.
“Generalmente ningún
médico especialista los quiere, y prefiere que desaparezcan ya que en
enseñarles desperdiciamos el tiempo, el cual se alarga, para atender a los
pacientes, y no sirve de nada porque no trabajan”.
Algo anómalo presentí
respecto de la foto: todas las personas de la gráfica eran gente de color, lo
que es raro porque prácticamente en todas las imágenes de misiones médicas de
Cuba aparecen tanto mulatos como blancos.
Luego me informan que el “Watts
app” que yo recibí de una amiga médica, no sólo me lo habían enviado a mí, sino
que era parte de una cadena que sospechosamente había corrido por muchas partes.
Así que, en efecto, el uso con fines políticos de los mensajes adversos contra los médicos cubanos es muy probable.
En otro flanco un grupo
de personajes notables y respetables como el sociólogo Pablo González Casanova,
el periodista Carlos Fazio o el ideólogo de Morena, Héctor Díaz Polanco (pero ningún
doctor en medicina) ha publicado un desplegado en una de cuyas partes aseguran:
“…Bajo el mismo guion de matriz estadounidense, circula en medios de
comunicación una campaña contra el personal de salud cubano, que ignora el
prestigio internacional que tiene la medicina de esta nación hermana”.
Nadie ignora ese prestigio:
lo que quisiéramos es saber cómo han contribuido estos médicos cubanos a
reducir que México ocupe ya por varias semanas el séptimo lugar mundial de
muertes por COVID con más de 16 mil víctimas fatales. Hemos hecho ya la
pregunta al doctor López-Gatell. Al director del hospital de Xoco, Víctor
Cuacuas Cano y esperamos su respuesta.
El Interferón tiene más
de 45 años que lo fabrica en México el Instituto Politécnico Nacional,
desafortunadamente no se han publicado los resultados que este ha tenido en el
tratamiento del Covid en México, ni siquiera si la COFEPRIS ya tiene una
valoración al respecto.
Por lo que respecta al Itolizumab,
si los médicos cubanos lo trajeron a México y lo probaron, nos gustaría saber qué
resultados tuvieron, ya sea bueno o malo. Pedir cuentas de ninguna manera es
una “falta de respeto” como estigmatiza la denominada Red en Defensa de la
Humanidad. Exactamente, al contrario, es la mejor manera de defender a la humanidad.
Lo que tampoco dice la Red es que estas brigadas no son solamente altruistas y solidarias, forman parte de la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos, que les retiene hasta el 80 por ciento del dinero que les pagan.
Lo que tampoco dice la Red es que estas brigadas no son solamente altruistas y solidarias, forman parte de la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos, que les retiene hasta el 80 por ciento del dinero que les pagan.
En México, supongo que la
mayoría, queremos mucho a los cubanos, pero “exigir respeto” basados solamente
en consideraciones románticas o filias ideológicas y no informar cómo se están
aprovechando los casi siete millones de dólares que pagamos por la presencia de
los médicos isleños, también es una falta de respeto y más cuando se supera el
millón de mexicanos que han quedado sin trabajo.
El periodismo militante
es legítimo, pero no por ello es válido rasgarse las vestiduras y calificar de
campaña estadounidense, lo que es una inquietud legítima de los médicos
mexicanos, cuya palabra no debemos menospreciar en favor de la de los
extranjeros.
Información sin
chauvinismo ni xenofobia. Nuevamente esperamos que las noticias, buenas o malas,
las tengamos de primera mano, de los profesionales mexicanos de la salud y no a
través de los apologistas o de los agentes del G2, del servicio secreto cubano.
Es una cuestión de sanidad periodística y jamás debería ponerse a cuestión una
duda razonable.
Si el periodismo no cuestiona,
no es periodismo. "Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que
publiques. Todo lo demás son relaciones públicas", dijo y dijo bien George
Orwell.
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